sábado, 6 de julio de 2013

Bruno Saraiva: "Queda la sensación del deber cumplido"

Diario Record
Desde el ascenso, la temporada 2012-13 ha sido la más complicada para SC Olhanense, ya que a la lucha por la permanencia hasta el último segundo, se han sumado dificultades financieras e institucionales.

A pesar de formarse una plantilla en la que destacaban hombres como Fernando Alexandre, Nuno Reis o Rafael Bracali y recibir además el plus anímico que supuso la vuelta a los terrenos de juego de Djalmir, una racha de 10 partidos sin ganar (desde la jornada 14 hasta la 23) puso al equipo al borde del abismo.

No fue tampoco una temporada tranquila en el banquillo. Sergio Conceiçao fue su primer inquilino. pero abandonó el barco alrededor del final de
año. Fue sustituido por Manuel Cajuda, quien a pesar de tener mucho respaldo en la ciudad, y tras cumplir su partido 500 en la primera liga, fue cesado a falta de tres jornadas para el final.

Llevó el turno para Bruno Saraiva, histórico jugador y capitán de Olhanense que se enfrentaba a un reto decisivo en su incipiente carrera de entrenador. En 14 días el club jugaría 3 partidos que serían decisivos para su supervivencia, quién sabe si no solamente en la primera liga: Contra Río Ave en casa, Sporting de Portugal en Lisboa y Marítimo como despedida en el estadio José Arcanjo.

La lucha además incluía a unos peligrosos rivales, entre los que destacamos a Moreirense (con una marcha ascendente en el último tramo), Beira Mar (que formó un grupo muy talentoso), Vitória de Setubal (que fue complicándose la vida poco a poco), Gil Vicente (muy centrado en su objetivo) y Académica de Coimbra (un equipo muy superior).

El club y la ciudad sabían de la importancia de no descender y la unión fue clave en que se consiguiera el objetivo .

Tenemos la oportunidad de conversar con una pieza fundamental en que la temporada fuera exitosa, Bruno Saraiva. A os dejo la continuación la entrevista:

Pese a que pareciera un objetivo muy lejano, Consiguió que Olhanense lograra la permanencia. Recientemente se ha hecho oficial que no va a continuar dirigiendo al equipo, ¿qué sensación tiene?

La sensación del deber cumplido, ya que restituimos la esperanza y mantuvimos al equipo en el escalón más alto del fútbol portugués. Fue un momento de extrema felicidad, porque las expectativas estaban muy debilitadas y fue necesario hacer creer en que todos conseguiríamos el objetivo final. 

¿Ha sido el partido definitivo contra Marítimo su mejor momento como técnico?

No diré que ha sido mi mejor momento, pero sí claramente el que mayor impacto mediático ha tenido por la visibilidad y notoriedad que la primera liga nos puede dar. 

Recuerdo en ese partido a un equipo con determinación, seguro, confiado de que en los 90 minutos no recibiríamos un gol de manera que pudiéramos alcanzar en cualquier momento el resultado deseado, sabiendo que debíamos ser en todo momento un equipo equilibrado táctica y emocionalmente.

¿Cual fue la clave para conseguir hacer su trabajo?

Conversamos con los jugadores, hablamos con los elementos de la estructura del club, identificamos los aspectos a corregir, potenciar factores y comportamientos positivos. Tácticamente apostamos por reforzar la organización defensiva, pero fue fundamental fue contar con la entrega y la disponibilidad total de todos los jugadores del equipo. 

En definitiva, apostamos en organización, reajustamos posiciones  en el caso de algunos jugadores y fomentamos el espíritu de unión absoluta, independientemente de los resultados. 

¿Cuales son sus planes para la temporada 2013-14?

Para la temporada 2013-2014, los objetivos pasaban por la continuidad en la dirección técnica de Olhanense, pero como es posible, tenemos que analizar nuestras opciones, si bien en esta fase los clubes, por lo general, tienen su situación definida. Somos ambiciosos y creemos en nuestra calidad. En breve estaremos trabajando en otro proyecto.

Por último, pensando en su punto de vista como técnico, ¿cómo explica el final de temporada de Benfica?

No es fácil conseguir explicar algunas situaciones que acontecen en el deporte, y todavía más cuando lo hacemos con distancia, que no nos permite tener una percepción adecuada de la realidad interna de Benfica. 

En cualquier caso creo que algo de cansancio, algo de exceso de confianza pueden haber originado el traspié frente a Estoril. 

Después de este empate, la derrota en los minutos finales frente a FC Porto llevó al equipo a un déficit de confianza, que no consiguió superar para el juego frente al Chelsea. Todo se agravó con la derrota en la final de la copa ante Guimaraes. 

Al más alto nivel, el detalle es determinante y creo que Benfica no fue tan riguroso como debía haber sido cuando ya estaba muy próximo a ganarlo todo. 

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